
Creí.
Soñé.
Vivi.
Esperé.
Finalmente..(?)
Morí.
Un cigarrillo mas que se viste de blanco para el casamiento con mis labios. Me mata, me está matando, yo lo sé. Pero... todos sabemos que hay cosas, palabras tal vez, mucho más mortales que un atado de Phillip Morris. Hoy leí algo... se llamaba "¿Importa?". Yo me pregunto, importan realmente las cosas que yo piense, haga, diga, escriba, dude, espere...
Hace algún tiempo (épocas mucho mas inocentes que éstas) yo creí. Creí en Dios. Pero mucho mas importante que eso, creí en el consuelo de mi alma entre los apretados brazos de esa fe ciega que yo poseía. Creí tambien en la aceptación. Creí que en verdad no importaba demasiado mi forma de eljir. Creí que era mucho más importante mi forma de ser. Mi flexibilidad ante las faltas de las personas adyacentes a mí. Mi forma de escuchar más que mi forma de decir, mi forma de ayudar más que mi forma de e-le-gir.... Primero caí en la terrible realidad de que importa mas a quien agarro de la mano que mi forma de ser. Por lo menos a mucha gente que me importa le importa más eso, a mi no, claro está. Finalmente, caí. Entendí que por mas que rese, llore, prenda velas, o haga lo que hacen las personas que donan su alma a la fe, mis creencias personales en verdad no encuentran cobija bajo el ala de la fe. Entendí que Dios es un flaco jugando a los dados, y que tal vez no le incumba demasiado a quien agarro de la mano, con quien comparto mis noches de cama, a quien le dejo un souvenir de mí misma cada día. Entendí que poco importa lo que yo sienta. Lo que yo sufra. Lo que yo muera. Si, muera. Con la confesión de mis realidades maté mucho de mi. Mis creencias, mis anhelos, mi autoestima, vendí por un precio muy bajo, o tal vez muy alto mi felicidad. La plenitud de mi sonrisa interna.
También, hace algún tiempo, soñé que eso pasaría. Soñé que Dios volvería a ser quin me proteja, y no quien tuerce mi suerte jugando a la generala en el banco-bar. Soñé que algún dia me iba a despertar y mi mamá me iba a abrazar, diciendome que no importaba con quien yo esté, sino quien yo sea. Que la frase " lo importante es ser fiel a uno mismo" también es aplicable a mí. Soñé con un domingo en familia, con mi chica, y mi mamá hablando de banalidades mientras que yo preparo la comida. Soñe con poder juntar mis mundos. Sin mentiras. Sin llantos. Sin escapes. Sin dolor. Sin muerte. Si, tambien soñé con que en algún momento esa parte que murió en mí reviviría. Jamás sucedió. Estoy sola, en casa. Sí, casa, hace mucho que yo ya no llamo a éstas cuatro paredes mi hogar.
Viví. De mentiras, de falacias. Me convertí en guionista de una ficcion agena totalmente a mi realidad. ¿y mi realidad? Oscura. Me entregué a las cosas que juré nunca entregarme. Me convertí en eso que prometí nunca ser. Aún no se por que. tal vez por reveldía. Tal vez por ser una adolescente invadida por el Sadismo de la pos-modernidad. Tal vez por que crecí mirando supercampeones, quién sabe... Hoy vivo, sí, es verdad. Y atras de todas esas mentiras, atrás de toda esa falta de creencia, atrás de todos esos sueños incumplidos, soy feliz.
A veces quisiera preguntarle: ¿Mamá, a vos no te importa el hecho de que yo también sufro? ¿no te das cuenta de que a mi también me rompen el corazón? ¿No te duele no conocerme? pero para qué... para que gastarme si sé muy bien la respuesta. Y no la respuesta de la boca para afuera, la respuesta real. No. No le importa. Ya me acostumbré a que no le importe.
Esperé. Esperé por mi amor, Esperé aceptación, esperé rehabilitación, esperé una cura, esperé... esperé... hoy ya no espero, aunque tal vez, sigo esperando. Sigo esperando un lugar donde en verdad no importe. sigo esperando un abrazo libre de compromisos. Sigo esperando un ancho de espadas, y no llega. Por eso creo a veces que ya no espero, que cuando las cosas pasan pasan por que sí, y no por que yo las esperaba. Yo sé que ya nada pasa por que lo espero, se que la vida vive con migo su mas trágico Carpe Diem.
Y al final. Después de todo. Después de tanto llorar, despues de tanto mentir, después de tanto soslayar mi propia realidad para satisfacer los deseos de no se quién.
Morí. Hace mucho ya, que no soy yo.
Dónde estoy?
tal vez en ese mundo utópico que creé en mis sueños, mis creencias, mis esperas, y mi vida.
Lamento mucho ser tan distinta a la persona que nací para ser.
¿Lo lamento?
No, en verdad no.
_____ __ _Tonta Mariposa.-