
A veces quisiera que el tiempo pase, y que me pida permiso para modificar mis aventuras, pero nunca pregunta, siempre hace lo que quiere, conmigo.
Una vez creí sentir un perfume capaz de hacer que mis entrañas se revuelquen de asficcia con sólo sentirlo, ese perfume tambien cambió. Y ahí entendí que la eternidad puede durar un segundo, todo depende de quién o que comande sus hilos.
La primavera se acerca, sofocante... Con sus lluvias tristes y sus recuerdos dolorosos. Mis labios se marchitan, mis ojos se nublan, mi cabello muere y cae, otra vez, como cada primavera. Otra primavera de mejillas sonrojadas y besos furtivos. Otro invierno más que se va sin despedirse.
A veces quisiera que el invierno no me deje así, suspirante, agoviada, en plena súplica misericordiosa por un segundo más de un aire sin perfume a hierba fresca, a jazmines, y a un rosal de oriente que se jacta de herirme en la distancia. La primavera anuncia una catástrofe, como cada cambio de estación.
La luna suspira en su traje de gala, una alfombra azul se desliza bajo sus tacos. La noche viste de fiesta, y sólo por hoy, por éstos cinco segundos que me regala el calor sofocante de otro invierno en pleno viaje, te besaré silente, nocturna, como este viento que hoy emborracha mi ventana.
____ __ _ Tonta Mariposa.-
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